Te clasificaste, ¿y ahora qué? por WIM Abigaíl Romero
- IM Francisco León Calderón
- 1 jul 2020
- 5 Min. de lectura
Pienso que hablar sobre este tema es un campo minado, donde todo el mundo tiene la culpa, pero nunca hay responsables; donde el que habla es el único mal visto y se gana enemigos. A veces clasificarse para ser parte del equipo olímpico es un dolor de cabeza y todo eso debido a la falta de apoyo. Voy a narrar desde mi perspectiva como ajedrecista, dando gracias a Dios he tenido la oportunidad de representar a mi país en 5 olimpiadas desde el año 2010 hasta las últimas que fueron en el 2018.

Rusia, Khanty-Mansiysk 2010 fue mi primera olimpiada y previo a la clasificación, recuerdo que nos hicieron jugar dos torneos de partidas ida y vuelta de semi rápidas en menos de dos semanas para obtener tres cupos para dicha competencia. Yo venía de un ciclo de competencias de tres torneos internacionales en un récord de un mes y medio para 27 partidas y nos enfrentábamos a 20 partidas más a semana seguida, no era ético, pero el amor al deporte nos lleva a hacer sacrificios propios y la ilusión de representar al país y poder ser parte de un equipo con figuras como la MI Martha Fierro, WIM Rocío Vásquez y la WIM Evelyn Moncayo hacían de éste un evento único por el cual esperar dos años era y sigue siendo una recompensa para el trabajo duro. Algo que no se suele mencionar en los resultados impresos es la calidez del equipo ecuatoriano que, a pesar de saber de la falta de apoyo, siempre es alegre y unido.

En aquel entonces fue la Concentración Deportiva de Pichincha quien nos apoyó con el boleto, la movilización y la ayuda de bolsillo para que, quienes pertenecíamos a las filas de Pichincha, pudiésemos competir en representación del Ecuador. El resto de las integrantes del equipo debía pagarse al menos dos de los apoyos que he mencionado y como era de esperarse, eso no debería haber sido así. Hay que tener en claro que en aquel entonces el deporte pichinchano vivía de otros privilegios y la nefasta ley del deporte no había revolucionado de forma catastrófica al deporte aún.
Algo que no ha cambiado en todos estos años, en distintas categorías y ahora puedo decir que en distintas generaciones, es que la Federación Ecuatoriana de Ajedrez nunca tiene los recursos suficientes para poder apoyar a los deportistas. Pienso que es una lucha constante que como dirigentes deben afrontar.
La Olimpiada de Estambul 2012 fue mi mejor desempeño ubicándome en el lugar número 12, no quiero decir que me conformé con ese resultado porque siempre como deportistas queremos dar más de nosotros y eso se va convirtiendo en metas personales, pero fue uno de varios buenos resultados. Respecto a las condiciones, el panorama tampoco había cambiado, por ende, el equipo ecuatoriano volvía a no tenía entrenador ni uniformes, y a no contar con apoyo de la entidad que rige a la élite ecuatoriana. Las razones pueden ser varias pero la que siempre hemos escuchado ha sido la falta de asignaciones hacia ente rector. El punto es que la élite ecuatoriana compuesta por 10 jugadores nunca ha dejado de tener capitanes que no necesariamente han sido entrenadores o jugadores.

Puedo mencionar que para el año 2014 en Tromso - Noruega fue la primera y única vez que la selección tuvo lo antes mencionado para competir -claro está que se vivían momentos críticos en este deporte a nivel dirigencial- y no tuvimos entrenamiento previo a esta competencia, lo que hubiera sido un 10 sobre 10 en escala de calificar el apoyo de las olimpiadas competidas. Es entonces que se vuelve duro el tener que comparar el apoyo de las dos últimas olimpiadas, pues volvimos a la escasez de apoyo.

Yo debo agradecer a Dios en primer lugar por haber podido viajar sin problemas de boletos y al apoyo de la MI Martha Fierro que me ayudó mucho al respecto. Pero podía ver por lo que mis compañeros y compañeras de equipo lidiaban para conseguir el dinero para el pasaje aéreo y luego esperar para que les devuelvan el dinero invertido en los boletos tanto a Baku-Azerbayan 2016 como a Batumi-Georgia 2018. En ambas ocasiones nosotros mismos debíamos tener medios para gastos, sin mencionar problemas como que el dinero del proyecto no salió a tiempo por parte del ente rector en ese entonces Ministerio de Deporte.
Cuando señalo que nadie sabe de quien es la culpa, refiero a esta situación en particular, pues lo ideal sería que, si existe asignación por parte del gobierno central, el apoyo debería salir a tiempo para que los dirigentes puedan hacer la compra y uso de los recursos necesarios con meses de anticipación. Cosa que no ocurre y desencadena en lo que hemos venido sufriendo: boletos al doble de su costo, lo que influye en el reparto de los recursos. Entiendo que como dirigentes buscan el bien común y tener que elegir entre a quien apoyar y a quien no, debe ser un dolor de cabeza: poner prioridad a los deportistas antes que a sí mismos, defendiendo el buen trato y consideración hacia todos por igual. Pienso que lo que más agota a los deportistas es tener que afrontar más de un rol dentro del desempeño de una competencia y no poder dedicarse solo a lo que nos compete: concentrarse en el torneo.

Dentro de estos roles, surgieron experiencias repetitivas en las dos últimas olimpiadas mencionadas. De acuerdo con mi experiencia puedo decir que la organización del evento, a través de la FIDE, otorgaba un monto económico determinado para los deportistas como ayuda para el viaje, pero la FEDA adeudaba a la FIDE otro monto considerable y el discurso FIDE se sostenía en que debían pagarse las deudas que la FEDA había contraído al no cancelar sus haberes y el modo de garantizar ello era reteniendo ese dinero o una parte de éste.
Como deportistas nos molestaba mucho esta situación pues a nivel económico nos ayudaba a sostener los gastos fuera del país y caímos en “la promesa del nunca jamás”; luego perdimos la pista de si la FIDE había depositado ese dinero a la FEDA, lo que llevaba a pensar: ¿cuánto cancela la FEDA a la FIDE? ¿cuánto sigue adeudando y por qué? Creo que lo mejor sería que se pueda evitar esto en un futuro porque los deportistas deberíamos dedicarnos a representar al país.

Considero
Es fundamental la planificación de estos grandes eventos que se llevan a cabo cada dos años toda vez que se trata de la élite competitiva del país, una élite muchas veces olvidada y no bien considerada ni tratada.
Se debe ponderar el respeto a los deportistas que se clasifican para tan magno evento y con ello su proyección para que los capitanes puedan ser entrenadores designados en cada rama. Dichos entrenadores deben ser personas capacitadas, calificadas y que, elementalmente, conozcan el juego, personalidad e integridad de los participantes de sus equipos.
La preparación para tal evento debe realizarse con un criterio técnico, mediante competencias y entrenamientos conjuntos, que propicien a todo el equipo la oportunidad de sobresalir y pelear espacios estelares porque, cabe recalcar, las olimpiadas se compiten de manera individual por tablero, pero los resultados, el ánimo y apoyo refieren a todo el equipo.
En las Olimpiadas Mundiales se juega codo a codo con tus compañeros, se respira patriotismo y no hay nada como poder escuchar el himno de tu país en podio al ser premiados.
WIM Abigaíl Romero Echeverría
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